El nuevo buque insignia Open Arms Uno zarpa en su primera misión humanitaria
Tras ocho meses de obstáculos administrativos y una minuciosa puesta a punto, por fin el nuevo buque insignia de la organización, el Open Arms Uno, zarpa del puerto de Barcelona rumbo a las aguas internacionales del Mediterráneo central, la fosa común más grande del mundo, en su primera misión humanitaria. Allí se encontrará con nuestro velero Astral, el cual ya ha puesto a salvo a más de 100 personas en los últimos días en una misión de vigilancia, asistencia y denuncia.
En esa misma zona, en lo que va de año, más de 1.000 personas han perdido la vida intentando llegar a Europa, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y sólo en el último mes han sido localizadas a la deriva más de 15.000 personas. Todo ello como consecuencia de las políticas migratorias establecidas por la UE , que prefieren mirar para otro lado y no actuar frente a una tragedia humanitaria de proporciones enormes.
Las dos embarcaciones de Open Arms presentes en la zona nos permitirán cumplir con nuestro compromiso más esencial: proteger la vida de las personas en situación de vulnerabilidad y cumplir con la obligación de no dejar ninguna vida a la deriva. Así lo estipula el derecho marítimo internacional y los convenios internacionales.
El barco de la ciudadanía
Desde de su llegada al puerto de Barcelona, su puerto base, el Open Arms Uno abrió sus puertas al público y durante seis fines de semana, más de 5.000 personas han pasado por su cubierta y han podido conocer insitu las instalaciones de este barco, diseñado para realizar tareas de salvamento marítimo masivo, uno de los más grandes de Europa en su categoría.
Este nuevo buque tiene 66 metros de eslora, 15 de manga, un tonelaje cuatro veces superior al del viejo remolcador Open Arms y una cubierta de 353 metros cuadrados que se puede convertir el helipuerto en caso de emergencia para las labores de evacuación.
Lleva a bordo 4 lanchas semirrígidas de rescate y nos permitirá acoger a unas 300 personas, un número que, en caso de emergencia, se podría ampliar hasta el millar. Asimismo, la nave cuenta con 31 plazas para tripulación de la misión compuesta de tripulación profesional y personas voluntarias especializadas en diferentes campos, y cuenta con un hospital con 26 camas, 2 de las cuales están habilitadas como UCI.
Según las palabras de Oscar Camps, fundador de la ONG, durante la presentación oficial del barco, el pasado 8 de junio, “el ‘Open Arms Uno’ será embajador de la ciudadanía allá donde vaya”.
El Open Arms Uno, construido en Noruega en el año 2000, fue cedido en 2021 por el presidente de la organización Solidaire, piloto y filántropo argentino Enrique Piñeyro, que colabora con Open Arms desde hace más de un año en la realización de numerosos vuelos humanitarios destinados a ayudar en emergencias humanitarias en la India, Mozambique, Ucrania, Afganistán, y que nos han permitido poner a salvo vía corredores humanitarios aéreos a más de 2.000 personas en España, Italia y Canadá.
El Open Arms Uno zarpa y somos conscientes de que cientos de personas arriesgan su vida en el mar a diario huyendo de guerras, persecución y pobreza porque no hay vías legales y seguras para hacerlo, de que aún hoy no existen mecanismos gubernamentales estructurados de salvamento, de que los barcos humanitarios son la única presencia capaz de proteger la vida y los derechos en aguas internacionales, y de que la espera para la asignación de un puerto seguro de desembarque está lejos de ser aceptable para la situaciones de emergencia que nos enfrentamos en el mar.
En este momento histórico especialmente complejo, en un contexto político difícil, con gobiernos europeos que siguen postergando decisiones inaplazables, la necesidad de tener un barco más seguro es una prioridad para nosotros, porque rescatar significa salvar vidas, pero también garantizar la dignidad a la que tienen derecho y que se merecen todas la personas vengan de donde vengan.
Este es el sentido de nuestro esfuerzo y del nuevo compromiso que hoy asumimos.
Gracias a todas y cada una de las personas que lo habéis hecho posible.
Buena proa y buena misión, Open Arms Uno.